Observamos estupefactos cómo la sociedad rechaza con fuerza todo lo que pueda venir de parte de la Iglesia y de forma especial del Papa. Pero esta situación no es nueva sino que ya se viene gestando y agravando desde hace mucho tiempo. Nuestro siglo es consecuencia de las elecciones anteriores, y así tenemos un siglo secularizado y secularizante, laicista hasta el cogote y con un rechazo febril a todo lo que suene a religioso.
viernes, 28 de mayo de 2010
Qué hacer con la vieja Iglesia en el mundo moderno 18:54
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